Buena parte de la ciudad de Praga ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Por este motivo no es de extrañar que la ciudad sea muy cuidadosa tanto a la hora de restaurar sus edificios como a la hora de decidir qué hacer con espacios desaparecidos.

Uno de estos espacios que el ayuntamiento de Praga decidió tratar con especial cuidado fue un solar en el corazón de la Ciudad Nueva fruto de un bombardeo aliado en 1944 durante el transcurro de la Segunda Guerra Mundial.

El solar del que estamos hablando se localiza en la plaza de Jiráskovo 1981/6, y durante décadas permaneció vacío. El destino quiso que a finales de los 80 que un vecino de esta plaza, Vaclav Havel, llegase a ser presidente de una renacida Checoslovaquia libre. Por aquel entonces, Vlad Milunic, arquitecto de origen yugoslavo, estaba ayudándolo a restaurar su casa. Durante sus conversaciones hablaron acerca del espacio vacío de la plaza de Jiráskovo. Fue así como empezaron idear el nuevo edificio, que iba llenar ese espacio vacante.

La puesta en marcha de la construcción de la casa danzante.

Tal vez fue la emoción de esta temprana nación postcomunista que los llevó a idear un edificio revolucionario, lejos de los de bloques uniformes y aburridos que se construyeron a lo largo de toda la época comunista. Milunic fue invitado a cooperar con el reconocido arquitecto americano Frank Gehry. La construcción de la Casa Danzante se culminó 1996.

En este nuevo edificio se instalaron numerosas oficinas, a excepción de un pequeño bar en la primera planta y de un restaurante el en ático que goza de unas vistas espectaculares.

El edificio remodeló el concepto de la modernidad en Praga, superando los límites del clasicismo, y en pos de un formato rompedor y contemporáneo. Es un modelo que dinamiza formas imaginarias, que, en este caso, se vislumbra de una pareja bailando agarradas de la mano. Por este motivo no nos puede sorprender que muchos hayan comparado este “baile inmóvil” con el mítico dúo Fred Astaire y Ginger Rogers, tanto, que con el paso del tiempo, el edificio ha tomado el popular nombre de Ginger & Fred, nombres que asignaron respectivamente al palacio de cristal y de piedra.

La Casa Danzante. Un icono moderno y representativo de la ciudad.

A fecha de hoy, la Casa Danzante de Praga, es uno de los pilares icónicos de la modernidad de la ciudad. Recibe la vistita de miles de turistas cada año, entre ellos una gran cantidad de aficionados de la arquitectura, que se esmeran en sacar la foto perfecta de esta curiosa obra maestra. Independientemente de la belleza del edifico, uno de los grandes alicientes para peregrinar hasta ella, es la de disfrutar desde su azotea de una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.

La casa danzante es un vivo ejemplo de cómo Praga se reinventa y sale fortalecida de cualquier desgracia pasada. Sin duda un lugar a tener en cuenta a la hora de visitar Praga. Por este motivo, en White Umbrella Tours, decidimos incluir este edifico cuando realizamos la planificación de nuestro tour de la Ciudad Nueva de Praga.

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