La capital del Reino de España es famosa por no ser ciudad, sino Villa, pero también por contar con una oferta festiva y cultural que no para ni de día, ni de noche. Siempre hay algo qué hacer en esta urbe que duerme poco, o nada.
En Madrid se vive la noche.
Si ya habéis visitado alguno de los lugares culturales como el Madrid de los Austrias por el día con el free tour Madrid, merece la pena conocer esta ciudad oculta cuando desaparece el sol. Y no sólo hablamos de la famosa noche madrileña, con sus bares y terrazas, también hablamos de cómo la noche cambia el ritmo frenético de la ciudad.
El Teatro Real junto a la Catedral de la Almudena y el imponente Palacio Real, son sólo algunos ejemplos de lo que es brillar con luz propia. Un buen paseo por estos lugares, nos permite recorrer un Madrid diferente al del día. Con la mayoría de madrileños y visitantes, disfrutando de la oferta culinaria y social, el silencio toma vida propia y nos permite admirarlos de una forma diferente, cuando curiosamente, el barullo sólo nos espera a unos metros. Este ritmo tan desigual, sorprende al visitante que busca tranquilidad en una ciudad de 6 millones. Pero también sorprende al madrileño que vive desde hace generaciones en esta urbe con siglos de Historia.
Desde la Plaza de la Villa, recorrer los poco más de 10 minutos que nos separan de la Puerta del Sol, nos puede ofrecer una experiencia única si tomamos las paralelas a la calle Mayor.
Sus calles pequeñas y recodos oscuros, rezuman misterio a cada paso que damos. Muchas de ellas con tal Historia, que han presenciado desde duelos a muerte por honor a incluso ajusticiamientos por la Inquisición. Pero si decidimos cruzar por la calle Mayor, veremos un espectáculo de gente que no para, ya sea para volver a casa, o para ir de bar en bar, muchos de ellos conocidos por sus bocatas de calamares. En este marco, sería preciso recomendar, que para hacer como los madrileños de verdad: unas buenas raciones con sus respectivas cañas son perfectas para comenzar la noche.
Llegando a la Puerta del Sol, centro de la ciudad y famoso por su Kilómetro Cero, empezaremos a sentir como la ciudad vive y vibra.
Sólo tenemos que elevar la vista hacia Preciados, para darnos cuenta que efectivamente, la ciudad nunca duerme. Esta calle está en el top 10 de las más transitadas del mundo, y conecta la Plaza del Sol con la Plaza del Callao, en pleno corazón de la Gran Vía, que ostenta de más de 1300 metros de aceras y decenas de edificios maravillosos hasta donde alcanza la vista, la Gran Vía es un espectáculo de luz y color cuando el sol se esconde. Gracias a su oferta lúdica, esta calle concentra a muchísimos madrileños y visitantes que buscan desde teatros y cines, a restaurantes y bares de copas.
La visión de Madrid de noche te atrapará
No sólo de comer y beber vive el turista, Madrid de noche posee una oferta cultural que no ofrece una cara tan amable de esta ciudad. Entre sus calles encontramos edificios con una historia propia y oscura como La casa encantada de las 7 chimeneas o el precioso pero tenebroso Palacio de Linares. Otros lugares como la Plaza Mayor, ahora sumida en el caos de una ciudad cosmopolita, pero en la que siglos antes, El Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición ejecutaba a personas por infieles.
Edificios y plazas, ofrecen una cara amable de día, pero que, cuando llega el ocaso, guardan sus propios misterios. Y es que Madrid de noche esconde muchos secretos, que existen, sólo para aquellos dispuestos a descubrirlos