Reyes húngaros, príncipes transilvanos, otomanos y emperadores austriacos utilizaron este enclave para dominar el que fuera, en otro tiempo, uno de los reinos más vastos e importantes del continente europeo. Es por este motivo que el Castillo de Buda fue objeto de deseo por parte de quienes pretendían dominar este país.

Conjuras internas e invasiones extranjeras han marcado su historia y su arquitectura. A lo largo de nuestra visita iremos desgranando piedra a piedra cada uno de los secretos que esconde. Veremos lugares tan famosos como la Puerta de Viena o la Iglesia de María Magdalena. ¿Apetece algo dulce? ¡No hay problema! La visita también pasará por la Pastelería Ruszwurm, uno de los lugares más emblemáticos dentro de la ciudadela.

El Tour del Castillo de Buda también nos llevará por las mejores vistas de la ciudad, concretamente las que podremos observar desde el Bastión de los Pescadores. Al ser parte del origen de Budapest la fortaleza de Buda también alberga el Viejo Ayuntamiento. En aproximadamente tres horas conoceremos la vieja ciudadela fortificada de Buda al completo.