Actualmente el Teatro Nacional de Múnich presidie la plaza de Max-Joseph y es la sede de la Ópera y Ballet Estatal de Baviera. A continuación os exponemos algunas crónicas sobre la accidentada historia de este teatro.
Comenzamos en 1806, cuando el rey bávaro Maximiliano Jose IV, tras una visita al Teatro del Odeón de París, pidió al arquitecto Karl von Fischer que diseñara una nueva ópera tomando como modelo el edificio parisino. Su construcción se retasó debido a dificultades financieras y muy especialmente por un incendio sufrido durante su construcción, en 1817.
El edificio abrió sus puertas el 1818 convertido en el recinto de mayor aforo de su tiempo gracias a su capacidad para sentar a 2.400 espectadores. Su diseño, y debido al incendio sufrido años antes, incluyó un innovador sistema anti incendios, mediante el cual el agua de lluvia se acumulaba en grandes depósitos situados en la cubierta, para que en caso de fuere necesario, estos se vaciasen liberando toda el agua sobre la estructura.
En 1823 el edificio sufrió un nuevo incendio durante el transcurso de una representación lo que provocó su devastación. El fabuloso sistema antincendios bávaro falló estrepitosamente por un hecho elemental, sus depósitos de agua se encontraban vacíos. Afortunadamente no hubo que lamentar victimas de consideración, pues el público asistente mantuvo la calma caballerosa mientras desalojaba el edifico.
Este lugar ardió junto a buena parte de la ciudad.
Desgraciadamente este fuego del Teatro Nacional no pudo ser controlado, y tuvo un efecto dominó. Los edificios aledaños empezaron a arder y caer en cascada, el drama parecía no tener fin. A pesar de los esfuerzos del cuerpo de bomberos local, del apoyo de sus compañeros de localidades vecinas, de la participación del ejército en las laboras de extinción, así como de la colaboración masiva de la ciudadanía, el fuego de enero de 1823 devoró una gran parte de la ciudad de Munich.
Y la cerveza “salvó” la Ópera Nacional de Munich…
Hay dos curiosidades que relacionan este incendio del teatro con la cerveza de Munich. Por un lado, fue el intento de salvar el Teatro Nacional de Múnich gracias al agua caliente que aportaron cerveceras locales (el agua corriente que circulaba a través de las mangueras no servía pies se congelada). Por otro lado, buena parte de la financiación necesaria para reconstruir en Teatro Nacional de Múnich, salió de un impuesto especial que recayó sobre la cerveza. ¡Larga vida al Teatro Nacional! ¿o no?
Y las bombas redujeron a escombros el teatro Nacional de Múnich.
Durante la Segunda Guerra Mundial el teatro Nacional de Múnich desapareció junto al 75% de los edificios alemanes. En la noche del 3 de octubre de 1943, en el comienzo del Tercer Reich, la RAF descargó 958 toneladas de bombas sobre Múnich, al día siguiente el Nationaltheater había desaparecido. Terminada la guerra, el parlamento de Baviera se negó a reconstruir el Nationaltheater debido a su elevado coste. Por este motivo, en 1952, un grupo de ciudadanos, fundó la asociación de Amigos del Teatro Nacional dedicándose a recolectar fondos para levantar de nuevo el edificio. Finalmente, la nueva ópera abrió sus puertas el 21 de noviembre de 1963 con la representación de Die Frau ohne Schatten de Richard Strauss.
Nota: Sirva esta pequeña publicación como aperitivo a la explicación que realizamos durante nuestro Free Tour Munich, lógicamente más excelsa y vibrante.