Una de los bulevares más impresionantes y destacados de Europa se encuentra en Budapest. Reconocida en 2002 como lugar Patrimonio de la Humanidad, la Avenida Andrássy (nombrada así 10 años después de su construcción, en honor al primer ministro Gyula Andrássy y principal valedor de su creación) une la céntrica plaza de Erzsébet con Varosliget (el Parque Municipal). Justo por debajo recorre la avenida el metro 1, la tercera línea más antigua del mundo.
Orígenes de la Avenida Andrássy.
El diseño de esta extensa avenida se remonta al año 1872, cuando el gobierno municipal ordenó su construcción con el objetivo de solucionar los graves problemas de tráfico que experimentaba la calle paralela, Kyrali. Cuatro años más tarde, en 1876, se inaugura aprovechando la fiesta nacional de Hungría del 20 de agosto, día de San Esteban.
Una avenida con sus luces y sus sombras.
A lo largo de los dos kilómetros y medio de extensión de la Avenida Andrássy, se encuentran algunos de los edificios más majestuosos de la capital húngara. Destaca por encima de todos la Ópera Nacional, inaugurada en el año 1884. Desde ese momento, la Ópera de Budapest se convirtió en uno de los principales centros musicales de Europa, capaz de albergar a casi 1300 personas.
Justo frente a la Ópera se sitúa el Palacio Drechsler, cuyo nombre proviene del Café que antiguamente se encontraba en su planta baja. Un Café que estuvo marcado por la tragedia, pues seis de sus dueños se arruinaron o cometieron suicidio. Durante décadas albergó el Instituto Nacional de Ballet, si bien actualmente se encuentra abandonada.
Sin embargo, el pasado más oscuro de la Avenida Andrássy se esconde en el número 60. En 1937, el partido fascista de Hungría -el Partido de la Cruz Flechada- establece aquí su sede y, con la llegada de los nazis al poder en 1944, comienza a usarse como prisión. Posteriormente, tras la liberación de Budapest, la nueva policía política del régimen soviético reclamó el edificio con la intención de darle el mismo uso que sus anteriores ocupantes: un centro de torturas y de aprisionamiento.
El monumento milenario.
Situada al final de la Avenida Andrássy, la inconmensurable Plaza de los Héroes fue construida para conmemorar los 1000 años de historia del pueblo magiar. Justo en el centro podemos encontrar al Arcángel Gabriel sosteniendo la corona santa y la doble cruz del cristianismo. A sus pies, los siete líderes de las tribus magiares.
A su espalda se encuentra una arcada, compuesta de dos semicírculos. En el de la izquierda, en la zona superior podemos encontrar la representación de la Guerra, el Trabajo y el Bienestar; en el de la derecha se sitúa la Paz, el Conocimiento y la Gloria. El resto de las estatuas ubicadas en la arcada honran a los reyes de la historia de Hungría. El paseo por la Avenida Andrássy finaliza en el Parque Municipal, conocido por todos los húngaros.
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