La plaza de San Jorge podemos definirla como el área que limita la ciudad civil y el palacio real dentro de la vieja ciudadela de Buda. A finales del siglo XIX la antigua plaza fue convertida en el atrio representativo del Palacio Real y los fragmentos de edificios que hoy se mantienen se corresponden con antiguos ministerios que se situaban dando a la plaza. No obstante, los edificios que en ella se encuentran sufrieron daños extremos durante el sitio de Budapest en la II Guerra Mundial y sus ruinas fueron mayormente tiradas abajo.
En los inicios de la historia del Castillo de Buda solía haber una casa para la realeza, situada en algún lugar entre la Puerta de Viena y la iglesia de Nuestra Señora, mientras que la ciudadela se extendía hasta donde hoy se encuentra el Palacio Real. No obstante, con la creación del imperio Austro-Húngaro en el año 1867 se suponía que el emperador tendría dos Castillos y, por lo tanto, dos palacios como residencia: uno en Viena y otro en Budapest. Esto provocó que tuviese lugar una importante remodelación de la plaza de San Jorge, no sólo del palacio, sino de una buena parte de los edificios que allí se encontraban. Muchos de los ministerios hallaron aquí nuevos palacios representativos así como la residencia del primer ministro. Esta última se trata de un bonito palacio neoclásico de principios del s. XIX, antiguamente conocido como el Palacio Sándor, y que hoy en día es la Oficina del Presidente del Estado.
Una increible reconstrucción.
El culmen de las obras de remodelación del palacio fue la grandiosa extensión y reconstrucción del Palacio Real barroco entre 1890 y 1904. El ala que da a la Plaza de San Jorge fue construida en ese período. Aquella remodelación del palacio lo dejó casi irreconocible y, en aquel momento, la entrada principal al palacio era a través de una especie de arco del triunfo por el que se accedía directamente a la sala de visitas.
El aspecto de la plaza en la actualidad.
A día de hoy, una de las mejores formas de acceder a la Plaza de San Jorge es a través del funicular más antiguo del mundo. En cuanto los nobles y los militares del XIX se enteraron de que existía este tipo de tecnología no tardaron mucho en instalarla aquí. Su construcción se llevó a cabo entre los años 1868 y 1870, con el objetivo de proporcionar un transporte eficaz a los oficiales que trabajaban en este distrito.
Para finalizar, en la misma Plaza de San Jorge, situado muy cerca del funicular, se puede ver un Turul con sus alas totalmente desplegadas y que fue colocado a finales del siglo XIX. Este ave tiene una especial relevancia en la historia de la nación magiar, puesto que es considerada como un antepasado de la primera familia real húngara (la casa Arpad, a la que también pertenecía San Esteban). Según cuenta la leyenda, esta ave procreó con la madre del bisbisabuelo de San Esteban y así fue como nació el linaje.
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