La Plaza de Wenceslao es uno de los enclaves de mayor transcendencia del viejo reino de Bohemia, antigua Checoslovaquia, actual República Checa.
Esta plaza fue concebida a inicios del reinado de Carlos IV, cuando Praga se convirtió capital imperial. Dicho acontecimiento provocó que la Vieja Ciudad de Praga creciera hasta el punto de quedarse pequeña. Motivo por el cual, Carlos IV y su corte, abordaron la ampliación de su capital imperial, origen este de la aparición de la Nueva Ciudad de Praga. En agrandamiento fue concebido entrono a varias ágoras públicas destinadas a albergar ferias de toda índole y mercados. Alrededor de dichas plazas crecería la nueva ciudad.
De este modo, la Plaza de Wenceslao nació en 1348 por mandato del sacro emperador Carlos IV. Pronto la plaza pasó a ser eje natural de la Ciudad Nueva de Praga. Su función original fue la de albergar un mercado de compra, venta de caballos. De hecho, su nombre original, fue el “Mercado de Caballos”. Y es que su nombre actual, es relativamente reciente. En el siglo XIX, se instaló en la parte alta de la plaza una estatua ecuestre de San Wenceslao, hecho este que provocó el cambio de denominación.
Un lugar de Praga que con el paso de los años, se convirtió en relevante.
La Plaza de Wenceslao ha sido siempre un punto clave de encuentro para el pueblo checo. Su relevancia fue aumentando a medida que crecía la ciudad, pues pasó de ser un ágora periférica, a uno de los mayores espacios abiertos del corazón de la ciudad. Sus dimensiones y localización facilitaron que la Plaza de Wenceslao se convirtiese en protagonista de buena parte de los acontecimientos históricos acecidos en la ciudad de Praga del último siglo.
A finales del año 1918, el imperio Austrohúngaro agonizaba víctima de su participación en la Gran Guerra. Aprovechándose su la debilidad política, el dramaturgo Jan Masaryk y el escultor Gutzon Borglum, redactaron un documento que acabaría convirtiéndose en el acta de independencia del pueblo Checoeslovaco.
¿La estatua de San Wenceslao contempló el nacimiento de una próspera nación?
La lectura de este documento se produjo en plaza de Wenceslao, el día 28 de octubre de 1918, y justo bajo de la estatua de San Wenceslao. Con ella llegó la independencia de Checoslovaquia, y el nacimiento de una joven y prospera nación. Aunque, en años más tarde, en 1938, todo se torció para los checoslovacos cuando sus aliados cedieron a las presiones alemanas en la conferencia de Múnich. Allí se reconoció que la Alemania de Hitler era propietaria de las tierras checas.
Un año después, en 1939, se formalizó en la plaza de Wenceslao el establecimiento del protectorado de Bohemia y Moravia, es decir, la ocupación alemana del país. En 1945, en la plaza, se anunció al país el final de la ocupación y con ello el fin de la guerra. Días después la misma plaza fue escenario de ahorcamientos de miembros de las SS.
Un lugar testigo de la aparición de la opresión comunista.
Algunos años más tarde de la II Guerra Mundial, en esta plaza se declararía la “Victoria de la clase obrera”; o dicho de otro modo, se le anunció al pueblo que el Partido Comunista Checoslovaco tomaba las riendas del poder, y con ello la llegada de un régimen que acabaría durando 41 años.
Durante este tiempo de opresión comunista, este enclave, fue testigo en 1968 de un alzamiento popular en pos de libertad. 250,000 personas se concentraron en ella y sus aledaños. La imagen de aquella manifestación pacífica, conocida como “la Revolución de Terciopelo”. Aquel sueño de libertad fue finalmente masacrado por las fuerzas del Pacto de Varsovia, cuando estas abrieron fuego de forma indiscriminada. La plaza quedó llena de muertos, heridos y totalmente agujereada por los disparos.
Hoy en día este rincón de la ciudad, de 750 metros de largo, es un centro neurálgico de Praga plagado de cafés, hoteles, restaurantes, tiendas de suvenires, oficinas de cambio, pubs…
Sin duda alguna, la plaza es una de las visitas obligadas para todo viajero que se acerque a Praga y que quiera conocer la Ciudad Nueva de Praga.