La ciudad de París guarda algunos de los monumentos y museos más visitados del mundo. Cuando pensamos en ella, nos viene a la mente tal vez en la Torre Eiffel, el Museo del Louvre, el barrio de Montmartre, su imponente Arco del Triunfo o tal vez la Catedral de Nôtre Dame: todos ellos con una riqueza histórica única. Pero, ¿quién puede imaginar que hasta los cementerios de la ciudad pueden llegar a ser una de las visitas favoritas de los turistas? Y para hablar de ellos, tenemos que referirnos al cementerio más grande de la ciudad, el cementerio de Père-Lachaise. Con más de 3 millones de turistas que lo visitan anualmente… ¿Qué es lo que lo hace tan especial?
Sobre la creación del cementerio de Père-Lachaise
El cementerio de Père-Lachaise, oficialmente conocido como el “Cementerio del Este”, abrió sus puertas en 1804. Su nombre hace referencia al jesuita François D’Aix de la Chaise, antiguo confesor del rey Luis XIV. La orden jesuita, poseía antiguamente una casa que hacía las veces de sede y que tenía adicionalmente un enorme jardín. En él, se erigió posteriormente el cementerio. En aquella época, los cementerios se empleaban, no en lugares periféricos de la capital, sino en el corazón de la ciudad. Estos estaban saturados debido al enorme crecimiento demográfico, defunciones incluidas, de la ciudad. Los líderes de la urbe se vieron obligados a abrir otros espacios para enterrar a los difuntos, y así de paso, evitar cualquier tipo de epidemias. En el caso del cementerio de Père-Lachaise, fue Napoleón quien accedió y avaló su construcción siendo su responsable el arquitecto Alexandre-Théodore Brogniart. Fue de este modo como apareció el primer sector del camposanto, y que es conocida como “el sector romántico” (en él se encuentran las tumbas más antiguas del lugar).
¿Qué y cómo visitar este cementerio?
El cementerio de Père-Lachaise de la ciudad de París es un lugar rico en historia, arte y arquitectura. En esta necrópolis descansan los restos de cientos de personalidades francesas y extranjeras que han dejado su huella en la historia de la humanidad. Algunas de las tumbas más visitadas son las de Chopin, Edith Piaff, Eugène Delacroix, Marcel Proust, Oscar Wilde, Molière, Balzac, Jim Morrison, Haussmann, Maria Callas, Marcel Marceau o Pissarro. Poder visitar una gran cantidad de las mismas puede llegar a convertirse en un verdadero desafío al estar muy apartadas la unas de la otras. Recordemos que el cementerio de Père-Lachaise es el más grande de París, y cuenta con una superficie de cuarenta y tres hectáreas donde se encuentran más de setenta mil tumbas. Todo aquel que desee visitarlo, debe tener en cuenta que su división puede llegar a ser confusa, haciendo que las personas se pierdan buscando sus tumbas favoritas con facilidad. Resulta muy recomendable llevar consigo un mapa del lugar donde se indiquen los lugares específicos de las tumbas que desean visitar entre este laberíntico, pero mágico lugar parisino. Un truco que puede resultar útil es que algunas aplicaciones de mapas, tienen marcadas las tumbas principales.