Más de siete millones de visitantes se deleitan cada año en la majestuosidad de los dominios de Versalles. Se trata de uno de los conjuntos históricos más visitados en todo el mundo. Un interés que, sin duda, viene suscitado por la monumentalidad del lugar, la rica ornamentación del palacio y la delicadeza de sus jardines. Luis XIV, el monarca del reinado infinito, gobernó los designios de Francia durante setenta y dos años (1643-1715). Es el reinado más largo de la historia de Francia, paradigma del sistema político de Antiguo Régimen conocido como “Monarquía Absoluta”. Versalles y Luis XIV son un todo homogéneo. Si el poder absoluto de Luis XIV es el fin, Versalles se convertirá en el medio. Palacio descomunal, erigido en medio de la nada, a poco menos de veinte kilómetros de la capital del reino de París. Versalles es, aún a día de hoy, poder y majestuosidad. Cada pequeño rincón del imponente palacio Barroco y de los monumentales jardines de Versalles nos transmite, de forma intemporal, el poder y la mentalidad del rey más poderoso que nunca pisó Francia.
¿Pero qué hay de los jardines que concibió Luis XIV para su palacio?
Poca gente va más allá de un rápido paseo por su avenida central. ¿Y si Luis XIV hubiese dejado para la posteridad en estos jardines todo su ideario político, toda su ambición de dominio y poder? Un recorrido más pausado y pormenorizado de los jardines de Versalles nos hace viajar al Antiguo Régimen, a la monarquía absoluta y a la propia mente de Luis XIV. El monarca, de la mano de su paisajista principal André Le Nôtre, diseñó unos jardines de tipología francesa, en los que predominan las leyes matemáticas y la racionalidad humana sobre la naturaleza. De ahí que sus avenidas y bosquetes partan de los principios de la medida, la proporcionalidad, el equilibrio o la simetría. No se desdeñó en gasto para traer árboles ya adultos de diferentes rincones del país, delimitando los caminos con muros de vegetación paralelos, que parten en líneas verticales hacia el cielo, buscando jugar psicológicamente con el visitante, persiguiendo disminuir la figura de la persona que pase a su lado, dejando ver que al lado del poder del autoproclamado “Rey Sol” todo el mundo es diminuto. Del mismo modo, se jugó con la dimensión de los dominios de Versalles, ocho mil hectáreas en aquella época, para que cualquiera que se encontrara en su interior, no importando donde, mirara donde mirara la línea del horizonte, jamás viera el final de los jardines de Versalles, mostrando, en ese juego de simbologías, que el poder de Luis XIV tampoco finalizaba en ninguna parte.
Un lugar inigualable y que es recomendable visitar.
Sin lugar a dudas lo más interesante son los grupos escultóricos que repletan los jardines. Sobre todo los conjuntos colocados en el interior de las numerosas fuentes que engalanan el lugar. Luis XIV seleccionó una serie de historias de la antigua mitología griega para colocarlas en diferentes sectores del jardín. Cada una de esas historias está en íntima relación con algún pasaje de la vida del rey, a través de las cuales el monarca intenta proclamar su política de dominio y control que simboliza el conjunto versallés. Un lugar, los jardines de Versalles de Luis XIV, concebidos como medio de control, dominio y poder. Un espacio único e inigualable, símbolo de la monarquía absoluta, el cual podrás disfrutar junto a nosotros, todos los martes, jueves, viernes (en temporada de verano), sábados y domingos desde las 9am en nuesto tour Jardines de Versalles.