La casa número 263, situada en el canal del Prinsengracht, es actualmente uno de los principales atractivos y monumentos de la ciudad de Amsterdam, recibiendo la visita de más de 3000 personas diariamente. Parece obvio que no nos encontramos ante una casa cualquiera.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las paredes de esta casa vivieron una historia de resistencia, valor, coraje, fuerza y miedo, que hoy en día es conocida en todo el mundo gracias al diario que se logró conservar y que escribió una de sus protagonistas. Como habrán podido imaginar, les hablamos del “Diario de Ana Frank”.
¿Quieren saber más sobre la casa de Ana Frank y su familia?
- De Frankfurt a Ámsterdam. Tras la llegada de Hitler al poder en Alemania en 1932, muchos judíos deciden huir del país ante el discurso racista y anti-semita del Führer. Es el caso de la familia de Ana Frank, que encabezada por su padre, Otto, abandonaron su Alemania natal en dirección a una ciudad conocida por su tolerancia y libertad de culto. Como no podía ser de otra forma, se dirigían a Ámsterdam, ciudad en la que pensaba que su familia estaría a salvo.
- De almacén a casa-escondite. La adaptación de la familia de Ana Frank a Ámsterdam fue inmediata. Al poco tiempo de llegar, Otto Frank decidió crear una empresa de la cual era director general, y que se dedicaba al comercio al por mayor de hierbas y especias. En un principio estaba situado en un pequeño local en el canal Singel, pero Otto, ante el imparable crecimiento de la empresa, decidió trasladar las oficinas a unos almacenes situados muy cerca de la Westerkerk, concretamente en Prinsengracht 263. Al igual que supo prever que la vida de su familia corría serio peligro en Alemania, Otto Frank, previsor e intuitivo, empezó a buscar un nuevo plan para salvar a su familia una vez que en 1940 el imperio alemán invadió Rotterdam. En julio de 1942, ante la citación para deportar a una de sus hijas a un campo de concentración, Otto Frank decide jugar su última carta, en un intento desesperado por salvar a su familia: decide esconderse en los almacenes de la empresa familiar.
La casa contaba con dos pisos, habitaciones minúsculas y un desván al que se accedía mediante una librería giratoria en el que la familia Frank permaneció escondida durante más de dos años junto a la familia Van Pels y el dentista Fritz Pfeffer. En las dos primeras plantas, los empleados de la empresa de Otto trabajaban con normalidad y ejercían de colaboracionistas; arriba, en el desván, estas ocho personas convivían en clandestinidad con el deseo de algún día volver a ser libres.
Lamentablemente, en agosto de 1944, tras dos años escondidos en “La casa de atrás”, el ejército nazi los descubre y todos los habitantes del nº 263 son deportados a campos de concentración. Solamente Otto Frank sobreviviría al genocidio nazi, encontrando al regresar a Ámsterdam el sobrecogedor diario que su hija Ana había escrito y que posteriormente sería publicado con el nombre arriba mencionado, “La casa de atrás”, bestseller traducido a más de 150 idiomas.
La casa de Ana Frank en la actualidad.
Hoy en día la casa de Ana Frank es un constante y firme testimonio contra el racismo y el nazismo. La casa abre sus puertas al público prácticamente todos los días del año. Si en tu visita a la ciudad de los canales quieres formar parte de las 3000 personas que recorren la casa a diario, te recomendamos adquirir la entrada con antelación, ya que conseguirla una vez estés aquí no es nada sencillo.
Por otro lado, si te gustaría conocer en profundidad la historia de Ana Frank y descubrir otras cuestiones menos comentadas como la controversia existente acerca de la autenticidad del libro, cómo fue descubierta la familia Frank, qué partes del libro nunca fueron publicadas, o la actual polémica acerca de los derechos de autor del libro, nosotros te lo contamos todo en nuestro Jordaan Tour.